Samstag, 3. November 2012

Im Festsaal des Rathauses in Saarbrücken. En la Sala festiva del ayuntamiento en Saarbrücken

 Der Zug fuhr in Saarbrücken pünktlich an. Draußen  regnete es  kräftig. Ich weiß immer noch nicht, ob es die  Müdigkeit der letzten Monate  plötzlich sich fühlen ließ oder  eine gewisse Melancholie, die bestimmt mit dem grauen November nicht zu tun hat.  Während der Fahrt beschäftigte ich mich mit vielen Gedanken, hauptsächlich  auch mit der Erinnerung, dass mein Vater auf dem Fluchtweg ins Exil im Jahre 1935 fast acht Monate in der Trierer Straße 26 in Saarbrücken wohnte. Ich versuchte mir vorzustellen, welche Gefühle er damals hatte. Bestimmt die der  Entwurzelung, des Zwangsverlasses seiner Familie, seines Berufes als Jurist, seines Bekanntenkreises, seiner Heimat. Die Gedanken kamen und gingen aber ließen mich gar nicht mehr los und beeinflussten mein Gemüt. Wahrscheinlich   der kräftige Regen, das   ungemütliche Wetter haben  dazu beigetragen.
Um 19 Uhr fand die Veranstaltung im Festsaal des Rathauses statt. Nach den Begrüßungsworten von Dr. Jellonnek, Direktor der Landeszentrale für politische Bildung in Saarbrücken hielt ich meinen Vortrag im vollen Saal. Ich erhielt sogar ein Kompliment  seitens des Veranstalters, weil  man normalerweise freitags nicht mit vielen Zuhörern rechnen soll.
Saarbrcken 001   Saarbrcken 003
Begrüßungsworte              Während des Vortrags
Saarbrcken 008  Saarbrcken 009
Bei der Diskussion und Fragestellung, Buchsignierung
Saarbrcken 010 
 
Aus dem Tagebuch einer Autorin in einer fremden und gleichzeitig bekannten Stadt.
 
El tren llegó puntualmente a Saarbrücken. La copiosa lluvia y el recuerdo  de que mi padre había vivido ocho meses en esta ciudad antes de exiliarse en Sudamérica completaron el marco melancólico.
Durante el viaje traté de imaginarme  que sentimientos lo acuciaban. El solo hecho de  sentirse obligado a abandonar su familia en Berlin, su profesión, su círculo de amistades, su patria y escapar solo a un continente tan distinto me llenó los ojos de lágrimas. Ya han pasado muchos anios desde su muerte pero aún lo recuerdo  constantemente. Como me hubiese gustado de poderlo tener a mi lado  durante mi adolescencia. Pero el destino nos jugó una muy mala pasada. Muchas veces pienso que este tema ya lo tengo resuelto, pero ayer me percaté que aún está vigente en mi psiquis.
La conferencia tuvo lugar en la sala festiva del ayuntamiento y comenzó puntualmente a las 19 hs. Recibí muchos elogios por mi ponencia y también   firmé mis libros.
Hoy sábado es un nuevo día y al mirar por la ventana del hotel veo que el sol está  saliendo como augurando nuevos pensamientos.
Del Diario de una escritora en una ciudad desconocida y al mismo tiempo cercana.