Auch wenn man mit dem Talent des Schreibens geboren wurde, fällt manchmal schwer über Themen zu berichten. Man sitzt, überlegt und kommen einfach die Worte nicht raus. Man denkt darüber nach, warum vieles einfach geschieht. Wessen Schuld ist das? Oder kann man jemand beschuldigen? Eine Person, eine Institution, Einrichtungen, das Schicksal. . .? Tausende Fragen, wenige Antworten.
Diese Überlegungen beschäftigen mich sehr seit gestern morgen, nachdem ein tragisches Zugunglück in Buenos Aires geschehen ist.
Im Talmud findet man den Spruch: Wer ein Menschenleben rettet, rettet die ganze Welt. Aber wie heißt derjenige, der ein Menschenleben tötet. In dem Fall waren über 50 Tote und sage und schreibe 675 Verletzte.
Ahnungslos stiegen 2000 Fahrgäste gestern in der Frühe in einen Zug, der die Strecke von der Station Moreno bis Once im Westen der Stadt fährt. Die meisten begaben sich zur Arbeit. Es war 7 Uhr morgens. Darunter waren auch Ältere und Kinder, die die letzten Sommerferientage in der Großstadt Buenos Aires (Moloch geworden)verbringen wollten. Nächste Woche fängt das neue Schuljahr an. Was sie aber nicht wussten, war, viele würden ihr Ziel nie erreichen.
Es war eine Zugfahrt ins Inferno. Die Bremsen des Zuges waren defekt und von der Station Flores bis Endstation Once insgesamt mehr als 6 km– Once ist ein Kopfbahnhof – konnte nicht mehr anhalten. Es war eine fiebrige Marathon des Horrors. Eine “ flach” schreckliche Fahrt mit Achterbahn, ohne Halt, ohne Atem!
Die Fahrgäste eingepfercht in den mehr als 50 Jahre alte Waggons wie es hier üblich ist, verzweifelten, weil sie es merkten, was vor sich ging. Am schlimmsten waren die, die in den ersten Waggon eingestiegen waren, um an der Endstation schneller auszusteigen.
Der Zug raste in Once mit dem schrecklichen Lärm einer Explosion ein. Der zweite Waggon drängte sechs Meter in den ersten ein und so weiter. Die Tragödie, die in Flores angefangen hatte, nahm tragische Ausmaße an.
Heute, ein Tag danach, suchen immer noch viele Menschen nach vermissten Familienangehörigen.
Unglaublich, nicht wahr? Ein Land wie Argentinien hat ein verrottetes Verkehrssystem. U-Bahnen, Züge, Lokomotive, Schienen, Weichen, Stationen, die dem Bürger keine Sicherheit bieten. Eine Fahrt mit der U-Bahn oder mit dem Zug in den rush hours wird manchmal zu Abenteuer und kann wie gestern eine Hinfahrt in den Tod sein.
Aus dem Tagebuch einer sehr traurigen Autorin.
Aunque uno haya nacido con el talento literario le faltan muchas veces las palabras para informar sobre algunos temas. Uno se sienta, piensa y ningún fluido literario fluye del cerebro.
Uno reflexiona simplemente porqué suceden las cosas. De quien es la culpa? Quien puede hallar al culpable? Una persona, una institución, el destino? Miles de preguntas, muy pocas respuestas.
Estas reflexionan ocupan mi mente desde ayer por la maniana. Luego de hacer sucedido un trágico accidente ferroviario en Buenos Aires.
En el Talmud se encuentra el dicho: “ El que salva una vida, salva toda una humanidad”, y como se definiría al que mata una vida? En este caso fueron 50 muertos y 675 heridos.
Sin saber lo que ocurriría subieron ayer por la maniana temprano 2000 pasajeros a un tren que tenía los frenos rotos. La mayoría de ellos iban a sus trabajos, entre ellos había también ninios que aprovechando los últios días de vacaciones quería pasar el día en la ciudad. Lo que ellos no sabían era, que muchos no alcanzarían nunca su meta. El viaje se convirtió en un pasaje al infierno sin retorno. Desde Flores hasta Once era una febril maratón del horror sobre las vías. Un viaje en montania rusa sin estación final, sin parada alguna.
Los pasajeros hacinados en vagones de más de cincuenta anios como aquí resulta ser usual, estaban desesperados al darse cuenta de lo que sucedía. Lo más desesperante era para los que se encontraban en el primer vagón.
El tren arremetió en Once con un terrible estruendo y una explosión. El segundo vagón penetró seis metros en el primero. La tragedia que había comenzado en Flores tomó dimensiones catastróficas.
Hoy un día después buscan aún muchas personas a sus familiares perdidos.
Increíble, no es verdad? Un país como Argentina tiene un sistema de transportes destruidos. Subtes, trenes, locomotoras, vías, durmientes, estaciones que no le ofrecen al ciudadano ninguna seguridad.
Un viaje en subte o tren en las horas pico se puede convertir en una aventura dantesca, y como en el día de ayer en un viaje de ida a la Muerte.