25/03/11 - 11:50
Es Erika Rosenberg, biógrafa de Oskar y Emilie Schindler, quien antes de morir la nombró su heredera. Quiere impedir que subasten en EE.UU. un original de la lista que incluye los nombres de 801 judíos rescatados de los nazis.
LA LISTA. Tiene sólo los nombres de los judíos varones rescatados. Piden US$ 3 millones por ella.
"Una documentación tan importante tiene que ir al museo y no ser subastada en millones de dólares". Las palabras pertenecen a la argentina Erika Rosenberg, heredera de Emilie Schindler. En el centro del debate está un original de la histórica Lista de Schindler con los nombres de 801 judíos a rescatar de una muerte segura a manos de los nazis.
Es que en Estados Unidos está en venta uno de los originales de la célebre lista. La periodista argentina intentó frenarlo pero ya sufrió un revés judicial. A pesar de ello, está decidida a seguir con su lucha y evitar que se venda al mejor postor la lista con la que Oskar Schindler y su esposa salvaron a más de 1.200 judíos que trabajaban en su fábrica de los campos de concentración nazis.
"Ellos querían que la documentación fuera legada a los museos. Que ahora termine colgada de la pared de un millonario me daría mucha indignación, cuando los Schindler murieron en la miseria", dijo Rosenberg.
El coleccionista de Nueva York Gary J. Zimet ofrece en su página de Internet www.momentsintime.com "la única Lista de Schindler a la venta". Por ella pide tres millones de dólares y la venderá al primer postor.
"Imposible imaginar una reliquia de la Segunda Guerra Mundial más movilizadora e histórica", dice Zimet acerca de las 14 páginas escritas a máquina el 18 de abril de 1945 que incluye los nombres de los varones rescatados. Faltan sin embargo las cinco páginas con los 297 nombres de mujeres que también salvaron sus vidas gracias a los Schindler.
En el sitio, Zimet explica que la lista estuvo en manos "de la familia de Itzhak Stern, el contador y mano derecha de Schindler". "Es una oportunidad única en la vida de adquirir un ítem de esta magnitud", agrega.
Para evitar el remate, Rosenberg pagó de su bolsillo a una firma de abogados de Nueva York y presentó una demanda en Estados Unidos para frenar la venta, pero fue rechazada por un juez norteamericano. Y ya no tiene más fondos para apelar la sentencia.
Existen varios originales de la Lista de Schindler, dos de ellos están en el museo israelí Yad Vashem, Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto, y en un tercer museo, el del Holocausto de Washington.
Las autoridades de Yad Vashem coinciden con el reclamo de Rosenberg. "Documentos y artículos originales del Holocausto, que tienen un valor moral e histórico, no deben ser rebajados a su comercialización para obtener una ganancia financiera. Su valor es preservado por su exhibición pública", dijo Estee Yaari, a cargo de las relaciones con medios internacionales del museo israelí.
La periodista argentina, descendiente de judíos aniquilados durante la Segunda Guerra Mundial, acumula documentos, cartas y libros sobre los Schindler, que emigraron a la Argentina después de la guerra. Se la considera una de sus biógrafas luego de que escribiera dos libros sobre la pareja (Yo, Oskar Schindler y Yo, Emilie Schindler).
Oskar Schindler se separó de su esposa y regresó en 1958 a Alemania. Sin embargo, nunca se divorciaron y el industrial murió en 1974. Su esposa lo sobrevivió hasta el 2001.
Erika Rosenberg conoció a Emilie Schindler en 1990, cuando la entrevistó para un artículo que estaba escribiendo sobre las migraciones en Argentina.
Aquel artículo quedó en el olvido ante la atrapante historia de aquella alemana. Mantuvo innumerables entrevistas con la mujer, grabó cerca de 400 horas de conversaciones y trabaron una relación tan especial que Emilie la declaró su heredera antes de morir en 2001, a los 93 años.
"Mi preocupación es que la historia se desdibuje, que la historia se apague por sí sola, que no se valore lo que hicieron los Schindler por los judíos. Se trata de hacer justicia", subrayó angustiada.
"Siempre escucho algún comentario como 'Pero Schindler sacó algún beneficio', 'Pero Emilie Schindler no hizo nada'", asegura. Y recuerda que la mujer siempre lamentó no haber sido reconocida por su esfuerzo a la par de su marido para rescatar a los judíos. "Así como hubo personas que han muerto, también hubo salvadores", sostiene Rosenberg, que -en su intento por salvar la lista- siente estar curando el dolor de una familia judía sesgada por el nazismo.
Fuente: DPA